El primer factor para conseguir resultados en la práctica del ejercicio es el
factor genético. La forma y características de nuestro cuerpo son fundamentales para el resultado que se obtendrá del estímulo que se propine. En cuestiones de quema de grasa el factor genético tiene implicaciones según el tipo e cuerpo que se tiene. Hay 3 tipos de cuerpo: 1) Ectomorfo, 2) Mesomorfo y 3) Endomorfo.
1) Ectomorfo: Son personas con forma rectilínea. Su sistema nervioso es más rápido. Es muy eficiente para quemar calorías, pero tiene más problemas para ganar masa muscular o fuerza. Es flaco y alargado. No acumula grasa fácilmente.
2) Mesomorfo: Es el tipo atlético. Construye masa muscular más fácilmente que los demás tipos y en cuestiones de quema de grasa está en un punto medio entre los otros dos tipos. Sus formas son más redondeadas y apariencia más musculosa. Es bueno para los deportes en general.
3) Endomorfo: Es una persona con apariencia más redonda. Las extremidades son más cortas en proporción que las de las otras dos tipologías. Acumula grasa más fácilmente y es más fuerte y resistente que los otros dos tipos de cuerpo.
Conociendo estas tendencias genéticas no tendremos expectativas equivocadas de lo que podemos conseguir de nuestros programas de entrenamiento.
Personas endomorficas tendrán más dificultad para perder peso y un metabolismo más lento. Si requieren bajar de peso tendrán que hacer mayor sacrificio que los otros dos tipos de cuerpo. Tendrán que llevar un programa de quema de calorías un poco más largo que las demás tipologías.
Caso contrario es el de los etomórfos, quienes sufren para ganar peso y masa muscular. Deben comer más y hacer ejercicio de más corta duración para no quemar las calorías que tanto trabajo les cuesta acumular.